El príncipe a-zu-la-do

Durante todo este tiempo he tenido una lucha interna. Quería dejar atrás mi relación (una que yo pensé que todavía tenía remedio) para darme paso a conocer a otras personas.  Además, deseaba tener el valor de por fin cerrar ese capítulo que por mucho tiempo ha estado roto y por terca lo he querido remendar, pero sin ningún tipo de finalidad.

Me di paso a conocer a otras personas con el propósito de salir de mi círculo vicioso. No niego que me dio mucho miedo, pero después de mucho pensarlo: lo hice.

Al comenzar a conocer a otras personas tenía unas preguntas claves para obtener información. Luego de hacer las preguntas de introducción rápido me entraba el espíritu de reportera y preguntaba, eres:

¿Casado?

¿Separado?

¿Complicado?

¿Viudo?

Para mi sorpresa, excepto el tener difuntos envueltos, habían hombres que se atrevían a entablar conversaciones teniendo relaciones parciales o muy serias, como matrimoniales.

Partiendo de mi preámbulo, voy a lo que quiero expresar. Aquí les presento mi análisis de los hombres.

principes

  1. Los alérgicos: cuando hablas de compromiso serio, les da alergia hasta el detergente que usas para lavar tu ropa.
  2. Los bla-bla-bla: los que hacen alarde de todo y no saben un carajo de lo que hablan.
  3. Los Indiana Jones: los que han ido a todo el mundo pero no saben llegar al Morro. (Fue cierto). No exagero.
  4. Los ni fu ni fa: que quieren estar pero no quieren estar… ¡Esa es la explicación que dan! (Si alguien la entiende me explican, por favor).
  5. Los anticonceptivos: los que te evitan en todo momento, hasta que saben que estás en tu fin de semana sola sin hijos.
  6. Los Harry Potter: dicen tener mil trucos para hacer feliz a una mujer, pero cuando van a demostrarlo, terminan con la varita partida y sin ningún truco de repuesta.
  7. Los magdalena: esos son los más patéticos. Pues siempre vienen de una relación donde la mujer fue una miserable, pero no dejan de hablar de ella y hasta lloran.
  8. Los frontera: quieren estar bien con todo el mundo. (Hasta con sus ex parejas) y parecen más novios de sus ex que de su pareja actual. Están en lo mejor de los dos mundos.
  9. Los buenos pero…: Los conoces pero al final te dicen que ellos no se merecen una mujer como tú. What!!!!!!!!!!
  10. Los krispie cream: son los que se creen que están bien buenos y piensan que debemos hacer una fila y esperar hasta que ellos se decidan.

Creo fielmente en el amor. Pero durante estos días he comprendido que el mundo varonil debe cooperar más para ser accesible al amor. No se trata de encontrar el príncipe azul. Ya ni el color me importa. ¡Porque lo pinto y ya! Pero dicen que nosotras somos complicadas y no: ellos nos llevan la ventaja.

Se trata de ser y estar sin quejas ni complejos. Quieren respeto y sus fotos de perfil son mujeres enseñando nalgas.

Quieren exclusividad y andan opinando de las tetas de aquella o del trasero de la otra.

Confío en que mi príncipe llegará,  pero no lo quiero con corona. Lo quiero con una simple sonrisa y que al final me de mi beso en la frente y me diga: con todo lo que tienes te amo. Ya con eso tendrá más trucos para mí y será más poderoso que el cinturón de Batman. #pensandoenvozalta

#jefadelosmarrón

La autora es maestra y mamá  de dos

forehead kiss

#besitoenlafrente

  

 

 

Miércoles de obreras y obreros

Obreras. Obreros.

Los miércoles arrancamos con colaboraciones de mamitas obreras, papitos obreros y aquellas almas que quieran ser parte de esta aventura. Serán desahogos, consejos, gotitas del saber y más.

Solo tienes que enviarme tu propuesta y escrito a mamitaobrerablog@gmail.com. Recuerda que nuestra comunidad es diversa y que los temas que tocaremos serán según el sentir de nuestra colaboradora o colaborador, y claro, que vaya con la filosofía de vida de esta servidora, #MamitaObrera. Deben ser no más de 600 palabras. Tienes hasta cada lunes antes de la medianoche para enviarlo. Así, lo leemos, editamos y evaluamos para un próximo miércoles de colaboración. También, puedes sugerir temas para futuras entradas.

¡Una gran comunidad de trabajadoras y trabajadores te espera!

#MamitaObrera

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Falso Positivo

Celebremos que noticias positivas son posibles. Celebremos con gran alegría que los avances en la ciencia permiten que muchas mujeres puedan ser madres y que muchos niños y niñas lleguen a este planeta saludables. Hace unas semanas corrió como pólvora la noticia de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que Cuba es el primer país que ha logrado eliminar la transmisión de VIH y sífilis de madre a hijo. Esta semana Puerto Rico lanzó un grito de alerta e informaron que desde el 2011 en la Isla no ha nacido ni un solo bebé con VIH positivo. Todas las madres que han sido tratadas en el Centro de Estudios Materno Infantil (CEMI) del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico han dado a luz bebés VIH negativo. La realidad es que el CEMI ha estado trabajando arduamente a través de los años, desde 1987, para conseguir que más infantes nazcan libres de esta condición. Se preguntarán porqué Mamita Obrera escribe sobre este tema. Sencillo, sigan la historia a continuación.

mamita obrera

Cuando estaba embarazada de Tiago pasé miles de trabas para ser atendida por los médicos de este país. No tenía seguro médico, el seguro del gobierno lo denegaron y tuve que pagar todas las citas, análisis y radiografías. Así que, cambié de obstetra como mil veces y buscaba opciones para conseguir todo más económico. Por lo tanto, me hice muy pocas pruebas de laboratorios. Solo las justas y necesarias. En el primer trimestre me realicé las pruebas de rutina y los resultados los guardé. A las 22 semanas el papá de Tiago y yo fuimos a un obstetra que me realizaría la radiografía para saber el sexo de mi bebé. Le entregué los resultados de aquellas pruebas. Cuando el doctor nos reunió en su oficina nos alertó sobre uno de los resultados. La prueba de VIH había dado positiva. Nos miramos, respiramos profundo y escuchamos los pasos a seguir. Al parecer, en las embarazadas es normal que esta prueba resulte en un falso positivo.

Pasaron las semanas y cuando tenía alrededor de 35, regresé a atenderme en la clínica del Hospital Universitario, en Centro Médico. En la primera cita el estudiante de medicina que me atendió no tenía idea de cómo decirme que mis resultados en los laboratorios habían dado VIH positivo. Me explicaron que al tener ese resultado me tenían que atender en CEMI. Fuimos sin titubear y nos reunimos con una orientadora que nos explicó que tendríamos que pasar por una prueba rápida para saber si en definitiva ese positivo era real. El trato que recibimos en el centro fue increíble. Nos trataron con tanto respeto y nos educaron acerca de lo que teníamos que hacer si el resultado final no era alentador. Agradezco a mi doula que nos acompañó en este proceso tan difícil. Llorar y sentir frustración no era suficiente. Tantas interrogantes pasaban por mi cabeza. ¿En qué momento esto había ocurrido?

VIH +-

Cuando los resultados llegaron y fui a mi cita con uno de los obstetras de CEMI no tenía idea de que pasaría si era VIH positivo. No estaba lista para algo así. Pero, para alivio de nuestros corazones el resultado final fue VIH negativo. Tantas dudas y desconcierto habían llegado a mi corazón. Es tabú, saber que está tan cerca de nosotros y aun asi, pensar que nunca estaremos en esa posición. Yo, mamita obrera, me vi cerca de ser una de esas estadísticas. Y con el nudo en la garganta hoy celebro que somos un país libre de nacimientos con VIH positivo.

Obreros y obreras, protéjanse de la manera que ustedes crean, pero protéjanse. Háganse la prueba fielmente si son sexualmente activos y no se avergüencen de esto. Estamos en un momento donde la prevención y la educación van de la mano. Seamos listos y caminemos un paso adelante.

#MamitaObrera

el parto es nuestro#parirenPAZysinMIEDO

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La Teta

“La EDUCACIÓN no cambia el mundo; cambia a las personas que van a cambiar el mundo.” Paulo Freire

Parí en mi casa, sin nada de medicina y totalmente natural. Así que, era lógico que diera la teta sin problemas. Sería una madre lactante a tiempo completo. Aunque estaba llena de información sobre la lactancia, había ido a las clases y en mi familia estaba rodeada de mujeres que lactaban, yo nunca lo había hecho. Cuando llegó el día no tenía ni idea de cómo hacerlo.

La primera tetada

Tiago nació saludable, pero en una semana bajó demasiado de peso, casi una libra. Y aunque es normal que los recién nacidos disminuyan de peso los primeros días, mi bebé bajó demasiado. El pediatra tomó de su tiempo para enseñarme cómo lactar y me dio los truquitos para saber si Tiago iba por buen camino. Pasaron dos semanas y lo había logrado. Tiago consiguió su peso saludable. Esos primeros dos meses fueron intensos. Día y noche practicaba para no dejarnos vencer por la presión de la bendita fórmula. Yo haría todo lo posible porque mi bebé no probara ese veneno. A pesar de tener tantas personas educadas en lactancia a mi alrededor, no comencé mi banco de leche a tiempo. Cuando llegó el día de volver al trabajo no tenía nada guardado. Me dispuse a intentar dejarle leche diariamente a Tiago, para que pudiera sobrevivir. Logré hacer un pequeño banco, pero no fue suficiente. Pasé noches de agonía y lloraba todos los días. Solicité ayuda de una consejera en lactancia, mi doula y algunas mamás amigas que tenía a mi alrededor.

Había escuchado que muchas madres lactantes se dedicaban a donar su leche a otras que no tenían una gran producción o que por alguna razón no podían lactar a sus hijos e hijas. Incluso, había escuchado de mujeres que donaban leche materna a padres que habían enviudado. ¡Maravilloso! Antes de llegar a darle sucedáneos de la leche a Tiaguito tenía que intentarlo. Recuerdo que un sábado nos quedaban solo dos onzas de leche y me tocaba trabajar ocho horas. Le dije a mi mamá que si Tiago no aguantaba más que fuera al supermercado y compraran alguna fórmula, la menos mala. No fue necesario. Ese día mi cuñada se pegó a Tiago a su teta y pudimos sobrevivir. Mientras, yo en el trabajo, puse un estatus en Facebook que decía: “Madre lactante, con poca producción, necesita leche. No quiero dar fórmula”. Lo postee en varios grupos y páginas sobre lactancia. No pasaron ni dos horas cuando ya había recibido varias respuestas. Lo primero que hice fue llorar. Luego me comuniqué con algunas madres y logré conseguir sobre 100 onzas de leche donada. Me propuse ir haciendo mi banco de leche mientras mi bebé se alimentaba del infinito amor de mujeres que no me conocían, pero que sentían el mismo compromiso que yo por darle lo mejor a nuestros retoños. Desgraciadamente, nunca he podido producir la leche suficiente como para crear un buen banco. Así que, hemos sobrevivido estos casi nueve meses con la leche de muchas madres comprometidas con la lactancia. Esto es amor.

Al principio de este escrito hay una cita de Paulo Freire sobre la educación. Si no me hubiese comprometido con la educación antes, durante y después de parir a mi hijo hubiese caído en la desesperación. La industria de los sucedáneos de la leche materna nos ha comido el cerebro y si no nos educamos tomamos decisiones desinformadas. Es nuestra responsabilidad educarnos y escudriñar todas las posibilidades. Muchas madres les dan leche de fórmula a sus bebés porque no están educadas e informadas sobre todas las opciones que tienen. Igual hay muchas madres que deciden dar la fórmula y las respeto. Creo que lo más importante es que las decisiones que tomemos con respecto a nuestros hijos e hijas sean basadas en la educación que hemos recibido. Somos mujeres capaces, hemos logrado ser independientes, valientes y guerreras. Hay que ganarle la batalla a los que intentan decidir por nosotras.

Somos como una sociedad secreta: tetas dando leche con amor.  Sin embargo, no queremos pasar desapercibidas. El resto del mundo tiene que conocer lo que está pasando con las madres lactantes; cómo ha surgido un gran número de luchadoras que desean sumergirse en el apoderamiento. Los grupos de apoyo, las clases de lactancia, las educadoras, las consultoras, la familia y nosotras mismas somos armaduras para que la lactancia se normalice. La teta es nuestra arma más poderosa. Son los anticuerpos a las enfermedades de la ignorancia, la intolerancia, los prejuicios, la desinformación y el odio.

Mamitas obreras, la lactancia es posible. El amor es posible. Seamos parte del cambio desde nuestros hijos e hijas. Viva la TETA.

#MamitaObrera

Tiago y mamáIMG_9486#tetaconAMOR

El dolor más intenso

La madruga del miércoles, 8 de octubre de 2014 cumplía las 40 semanas de gestación. El sábado antes había pasado una tarde en la playa sintiendo ya contracciones leves. Esas olas fueron justas y necesarias para prepararme física y espiritualmente para la llegada de Tiago Andrés. Durante todo el embarazo no había sentido ningún tipo de dolor. Esa madrugada, a la 1:30 sentí el primero. Fue la señal, Tiago llegaría a nuestras vidas en una noche de luna llena y eclipse.

Desde los 15 años, cuando una de mis sobrinas nació en su casa con la ayuda de una partera y doulas sabía que yo también tendría a mis hijos en mi casa. Había decidido educarme para así tomar decisiones informadas en cuanto a mi proceso de preñez, durante el parto y el post parto. Para colmo, mi hermano también había tenido a su hijo en su casa. Su esposa y él recibieron a su bebé en la paz del hogar. Ellos me ayudaron a confirmar mi decisión. Cuando la vida llegara a mi vientre la pujaría sin medicinas, sin intervenciones, sin violencia y en PAZ.

Mamá y Papá

A las cuatro de la mañana continuaban intensas las contracciones. Un dolor que lo recuerdo cada día y que repetiría muchas veces. El dolor más intenso. Cuando la partera llegó ya estaba en siete centímetros. ¿Se imaginan? Ya estaba a punto de parir y no lo sabía. Junto con ella llegó mi doula y cuñada. Sus masajes y palabras de paz al oído permitieron que yo no flaqueara. También llegaron el papá de Tiago y la abuela paterna. Ya en casa estaban mi mamá, mi papá, mi hermana, la fotógrafa y mi sobrina (la que nación en su hogar). La casa estaba llena de energía y de amor infinito.

Los gritos y gemidos de seguro despertaron a los vecinos. Fueron constantes desde la primera contracción hasta como las seis de la mañana, cuando ya empezaba a coronar. La cabeza peluda de Tiaguito empezaba a asomarse. Sus latidos seguían fuertes, pero yo estaba muy cansada. En mi cuarto estaban las abuelas, la partera, la doula, la fotógrafa y papá. Ellos con palabras de lucha me incitaban a seguir fuerte y valiente. El resto de la familia permanecía en la sala con los nervios a flor de piel. Era la primera vez que nacía un niño en la casa de los Morales. Alrededor de las siete de la mañana, cuando Tiago estaba a punto de salir, le pedí a la partera que permitiera a todos los que estaban en la casa entrar a mi cuarto para que fueran partícipes del nacimiento. La energía que ahí recibí dio paso al momento más vivo de mi existencia. Las caras de todos los allí presentes con lágrimas y asombro fue lo perfecto para dar los pujos fuertes y necesarios para que mi bebé saliera. A las 7:45 de la mañana nació. Tiago no salió perfecto ni fácil. Cuando salió por mi vulva me desgarró brutalmente y llegó morado gracias a dos vueltas de cordón que tenía alrededor de su cuello. La partera con todo el amor existente le quito las vueltas, lo limpio por encima y simplemente me lo entregó. El calor de mi pecho y brazos hizo que poco a poco Tiago tomara un hermoso color rosado. Fue perfecto.

Dejamos que Tiago permaneciera pegado a su placenta durante dos horas. Llegaron dos de mis hermanos con mis sobrinos pequeños. Ellos vieron cómo me cocían y me limpiaban el área. Mientras Tiago se pegaba a la teta para recibir el calostro, la primera leche que reciben los recién nacidos y que está llena de nutrientes y vitaminas. Lo preparan para la vida que le espera. Después de un baño con agua tibia me dispuse a dormir junto a mi niño hermoso, papá regresó a clases y la casa se quedó vacía. Eramos abuela, abuelo, Tiago y yo. En la paz del silencio, comenzaron mis meses de puerperio.

#MamitaObrera

Tiago y su placenta

Foto por Migdalia Luz Barens-Vera

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¡Bienvenidas y bienvenidos a Mamita Obrera, El Blog!

No me tomará muchas palabras explicar de qué trata este blog, darles razones suficientes del por qué deben leerlo y por qué hacerlo, parte de su rutina en las redes. Soy Mamita, desde hace ocho meses que me estrené pariendo en mi casa llena de paz y totalmente natural, lactante y criando con apego. Ha sido complicado pero posible. Soy Obrera porque apenas dos meses después de parir ya estaba trabajando con el caos navideño en el centro comercial más grande del País. Soy Mamita Obrera porque desde que me enteré que sería madre mis decisiones giran en torno a mi hijo y porque busco el balance perfecto entre ser mujer, madre, trabajadora y fashion lover. ¡Sí, soy shopaholic y adoro Instagram!

Ser Mamita Obrera significa entregarte por completo a las necesidades de tus hijos e hijas y buscar las opciones reales para sobrevivir esta locura. Entregarte a la aventura y pensar en ti. Porque si estamos bien, nuestros retoños también lo estarán. Soy Mamita Obrera porque soy como las osas: protectora, defensora, luchadora, libre, entregada, valiente, diferente, arriesgada y sobretodo, amorosa. No tengo porque ocultar mis garras, defiendo a mi cría y la guardo como un tesoro.

Mamita Obrera constará de dos tipos de entradas. Recibirán fashionlifestyle y beauty tips, y desarrollaré temas sobre ser madre trabajadora, las últimas tendencias en cuanto a la crianza con apego y colaboraciones con boricuas que de alguna forma u otra ayudan a una mejor vida con nuestros peques.

¡Mamitas obreras (fuera y desde el hogar), papitos obreros, abuelas, abuelos, tías, tíos y el resto del corillo, contágiense!

Obreros y obreras, si les gusta la idea, compartan esta locura con todas y todos los que conozcan y que comience la aventura.

#MamitaObreraFoto por Photocabinet

Foto por Photocabinet

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